"Abrió los párpados: "La Biblia. Por supuesto. Pero ¿como elegir el pasaje adecuacdo, entre el Génesis y el Apocalipsis?"
Dejó caer el libro y éste quedó abierto, se sentó en el suelo y leyó. Era el principio del Cantar de los Cantares:
¡Que me bese con los besos de su boca!
Mejores son que el vino tus amores;
mejores al olfato tus perfumes;
ungüento derramado es tu nombre, por eso te aman las doncellas.
Llévame en pos de ti: ¡Corramos!
El rey me ha introducido en sus mansiones..." páxina 119
"-El buen champán ayuda a pensar -dijo ella-. La noche pasada, me dejó usted sola con el enigma. Primero me acabé la botella de Krug. Fue una buena consejera: fui a elegir un libro al azar en su biblioteca y me tropecé con la Biblia. La dejé caer y se abrió al principio del Cantar de los Cantares.
-¿De verdad?" páxina 127
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