lunes, 18 de marzo de 2024

Aquí comeza o mar

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Pero lembrei tamén que unha tarde dos meus trece anos, na biblioteca do meu pai, atopie, á parte dun par de novelas  de Sade mutiladas, textos estraños da Pardo Bazán e de Wenceslao, ademais dun par de textos de Cunqueiro, que desenvolvían con suma inconcreción a idea dun desaugadoiro e dunha auga negra que se fora estendendo por Marineda [...] e conquistando os seus arredores, [...]

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Son o sabio na cadeira sombría. As rams e a choiva baten na fiestra da biblioteca.

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Entón púxenme a escribir, e acordeime da rede de sumidoiros que entrelazaba a cidade. Da biblioteca do Fórum saquei varios estudos orográficos e un ensaio de Wenceslao Fernández Flórez sobre as augas negras.


BLANCA RIESTRA; Aquí comeza o mar. Ed. Galaxia, 2022
Premio Blanco-Amor, 2021

Aportado porJMV

sábado, 2 de marzo de 2024

Morgana en Esmelle

 

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-[...] Que cres que van facer con Ávalon os señores aos que agora te aprestas a servir? Arrasarana, como fan cos centros de saber que se afastan da súa doutrina, como as bibliotecas de Alexandría e Serapeo, de cuxa perda tanto te tes lamentado. [...]

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Ao abeiro dos libros, amparado polo silencio da biblioteca, tentei volver no meu acordo, tentei espertar do pesadelo en que levaba horas afundido.

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Odiábaa por medrar así. Odiábaa por entrar na biblioteca a buscarme.


BEGOÑA CAAMAÑO; Morgana en Esmelle. Ed. Galaxia, 2012

Aportado por JMV

miércoles, 21 de febrero de 2024

A culpa

Amanda saíu tras el e coa intención de revisar someramente o resto do inmenso piso. Un despacho-biblioteca que non semellaba ter uso porque estaba perfectamente ordenado. Incluso os papeis dos caixóns. Non parecía haber notas neles. Só folios brancos e material de oficina. Pero había un ordenador que había fascinar a Enric. Pax. 274

Solar, Mª. (2022). A culpa. Vigo: Xerais de Galicia. Aportado por Anxo

Galíndez

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[...] Y se puso la boina para acompañarte a la calle e invitarte a un café que no podía ofrecerte en su casa-biblioteca, porque estoy a medio instalar y aún cruzo el charco para dar algún curso, [...]

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Tenía mucha paciencia con los niños, pero eso suele suceder con los solterones que van de visita, tratan de conquistar el corazón del anfitrión elogiándole los hijos, el gato, el perro, la biblioteca, el vino y en el fondo Galíndez suscitaba una sonrisa oculta, de cierta conmiseración.

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-Yo llegué aquí cuando, como quién dice, no estaban puestas las calles y ya entonces esta vieja mansión de los Munroe parecía historia. ¿Ha visto usted los muebles? ¿La Biblioteca? [...]

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[...] Para acelerar los trámites le encarezco que se ponga en contacto con la jefa del Archivo General y Biblioteca de este Ministerio, D.ª M.ª José Lozano Rincón. [...]

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-[...] Usted partió de un índice de analfabetismo de un 75%, ha creado la Orquesta Sinfónica, la Biblioteca de la Universidad; el embellecimiento de Santo Domingo, [...]

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[...]Cuando sales del museo de tu vida insuficiente, entras en la Biblioteca Galíndez y ni siquiera el esfuerzo sobre este puzzle te llevará a la reencarnación de tu deseo profundo. [...]

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-[...] Finalmente la encontraron en una cajita en el sótano de la Biblioteca Kennedy de Waltham, eso está por Massachusetts. Pues entonces, en 1962, empezó la leyenda de Miami como portaaviones hacia Cuba y esto se hizo irrespirable.

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN; Galíndez. Bibliotex S.L. Biblioteca EL Mundo. 2001.

Aportado por JMV

sábado, 10 de febrero de 2024

A quinta de Saler

 

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Non quere caer en anacronismos e, por iso, comeza a sentir o pálpito de estudiar o século XIX. Está na obriga non só de ler vellas novelas senón tamén de investigar polas bibliotecas e facer chamadas á xente que publicou libros sobre a sociedade da época,[...]

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Ficar así, só, coa noite espreitante trala fiestra e o rumor limpo da música a soar na biblioteca, é un privilexio único que lle anestesia a alma a calquera e que a Bieito lle permite escribir cunha facilidade erótica, de feitizo.

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Manuel achégase cunha luz adoecida nos ollos.
-Teño unha sorpresa.
-Cal?
-A biblioteca.
Helena acompáñao e sobe os banzos da quinta cunha submisión apalermada, [...]

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Mentres se visten, o sol morre por tras da Aguioncha, Manuel observa desde a fiestra da biblioteca o baile improvisado do patio e prende  un cigarro que lle encirra a súa tose sólida.

ANTÓN RIVEIRO COELLO; A quinta de Saler. La Voz de Galicia, 2009. Col. Biblioteca 120 Galega.

Aportado por JMV

martes, 23 de enero de 2024

El amigo

pax. 76: Yo era la rata de biblioteca más apasionada, pero conforme pasan los años cada vez estoy menos interesada en la lectura, especialmente en la ficción. Quizás ello se deba a las realidades que veo a diario, pero empecé a aburrirme con las historias sobre gente inventada que vivía vidas inventadas llenas de problemas inventados.

pax. 135 e 136: Para mejorar las habilidades en la lectura y la expresión, a los niños en colegios y bibliotecas se les anima a que lean en voz alta a perros. Se dice que ha habido excelentes resultados, con niños que al leer a perros han progresado mucho más que los niños que les leen a otros seres humanos. Se dice que muchos de los que escuchaban parecían disfrutar y mostraban signos de atención y curiosidad. Pero un análisis del conjunto de beneficios para los perros a los que los seres humanos leen no aparece en mi investigación.

Nunez, S. (2021). El amigo.(3ª ed.). Barcelona: Anagrama.
Aportado por Anxo

El desencuentro

 

pax 102

Yo le dedicaba personalmente un ejemplar de la nueva obra que él, celebrando el hecho con cariñosa solemnidad, y tras leer en voz alta la dedicatoria, colocaba en su biblioteca sin haberlo abierto siquiera y allí se acababa la cosa.

pax 103
Todas las paredes estaban cubiertas de publicaciones de arte y de libros primorosamente encuadernados en cuero verde o rojo o azul, y a lo largo de toda la biblioteca unos armarios que iban desde el suelo al primer estante contenían la colección de discos del abuelo, perfectamente ordenada y catalogada.

pax 193
Mi cama era grande, casi como de matrimonio, y el cabecero, de madera pintada de muchos colores, rojos, azules, amarillos, verdes. Había una biblioteca en un rincón con unos cuantos libros muy manoseados y releídos.

pax 235
Una tarde, dos años ya después de llegar a Méjico, en que estaba yo en la biblioteca del tío Adolfo leyendo y mirándole a ratos componer, [...]

FERNANDO SCHWARTZ; El desencuentro. Planeta-DeAgostini, 1998
Premio Planeta 1996

Aportado por JMV