"Camus fue solo el comienzo. Ricky se lanzó a los libros como si estuviera seguro de encontrar la respuesta en ellos. Yo lo seguí porque no quería quedarme rezagado. Vaciamos las estanterías de la sucursal de Bloomingdale de la biblioteca pública en la calle 100 como si estuviéramos en las rebajas. Y todo sin orden ni concierto. Leímos a Platón y a Herman Hesse y La montaña mágica y El retrato del artista adolescente y Así habló Zaratustra, engullendo cuanto podíamos. Empecé Tratado de la desesperación de Kierkegaard porque en una edición en tapa blanda sobre existencialismo que había comprado en una librería de viejo lo mencionaban como una obra "seminal", palabra que tuve que buscar. Me rendí en la primera frase. Leí El ángel que nos mira en tres días y me salté las clases. Leí Pan y vino de Ignazio Silone,La náusea de Sartre e Hijos y amantes de D. H. Lawrence." (p. 17)
"Tres cosas me pasaron por la cabeza ese instante. La primera era que yo estaba flirteando. La segunda era que llevaba tanto tiempo sin flirtear con una mujer que no me había dado cuenta de que lo estaba haciendo. La tercera es que algo en mí sentía una curiosidad intensa por explorar las profundidades de Lynn Harrison.
¿Debería haberme levantado en ese instante, Mellie, y haberme alejado de allí? "Vaya por Dios, acabo de acordarme que tengo una reunión con el encargado de la colección de manuscritos especiales de la biblioteca." Pero ya era demasiado tarde para apaciguar la agitación de mi entrepierna." (p. 236)
Melisande! ¿Qué son los sueños? de Hillel Halkin (ed. Libros del Asteroide, 2014). Aportado por Sfer
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