"Viéndole revolotear delante de la biblioteca, reparando en su cabeza hirsuta, su rostro velludo y su cuerpo regordete y mollar, pensó, sin poder evitarlo, que aquel hombre tenía, curiosamente, algo de abeja."
"Estacionó frente a la biblioteca pública, dejó el gato en el coche, cerró con llave, subió presurosa la escalinata que daba acceso al edificio y encaminóse derecho hacia la sala de información, donde se puso a consultar las fichas referentes a dos temas: LISZT y REENCARNACIÓN."
Relatos de lo inesperado; Roald Dahl. Anagrama. Páxinas 284 e 308. Aportado por JMV
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