jueves, 4 de diciembre de 2014

La biblioteca secreta


"La biblioteca estaba mucho más silenciosa que de constumbre.
Yo llevaba, aquel día, unso zapatos de piel nuevos que, al pisar el linóleo de color gris, dejaban escapar uns crujidos duros y secos. No sé por qué, pero no parecía que aquellos zapatos fueran míos. Cuando te pones unos zapatos de piel nuevos, tardas un tiempo en familiarizarte con el sonido de tus propios pies."
páxina 7: "Bajé una larga escalera, giré a la derecha, avancé por un pasillo oscuro y efectivamente, encontré una puerta dode figuraba una placa gris con el número 107. Había estado muchas veces en la biblioteca, pero esa era la primera noticia de que tuviera sótano." (páxina 5)

Me sentía sumamente incómodo. A decir verdad, no es que tuviera gran interés por la recaudación de impuestos en el Imperio Otomano. Es que al volver de la escuela se me había ocurrido de pronto, a raíz de no sé qué:"Ahora que lo pienso, ¿cómo harían para recaudar los impuestos en el Imperio Otomano?", Y a mi, desde pequeño, me han enseñado que, en cuanto haya algo que no sepa, debo correr a consultarlo en la biblioteca." (páxina 10)


  
 "-¡Eh! -gritó el anciano a mis espaldas-. ¡Espera un momento! Ninguno de esos tres libros pueden salir de la biblioteca.

4

Efectivamente, en el dorso de cada uno de los libros había pegada una etiqueta roja que prohibía el préstamo.
-Quien dese consultarlos, debe hacerlo en el cuarto del fondo.
Miré el reloj de pulsera. Eran las cinco y veinte.
-Pero es que la biblioteca está a punto de cerrar y, además, si no vuelvo a casa antes de la hora de la cena mi madre sepreocupará." (páxinas 11 -13)

"Yo estaba estupefacto. ¿Cómo era posible que en los sótanos de la biblioteca municipal municipal existiera un laberinto tan enorme? La biblioteca municipal siempre pasaba estrecheces debido a la falta de presupuesto: era inconcebible que pudiera construir siquiera un laberinto diminuto. Pensé e interrogar al anciano sobre aquel punto. pero tenía miedo de que me regañara, así que desistí" (páxina 14)


"Me senté en la cama con la cabeza entre las manos. ¿Por qué tenía que sucederme aquello a mi? Lo único que había hecho yo era ir a la biblioteca a pedir unos libros prestados.
-No te desanimes tanto -me dijo el hombre-oveja en tono consolador-. Ahora te traeré la cena. Si tomas algo caliente, te animarás otra vez.
-Oye, señor hombre-oveja -dije-. ¿Y por qué va el abuelo a sorberme los sesos?
-Es que por lo visto, los sesos repletos de conocimientos son deliciosos. Son más blanditos, Aunque también los hay grumosos.
-Por eso quiere sorbérmelos después de que haya estado un mes atiborrándome de conocimientos, ¿verdad?
-Exacto.
-Eso es horrible -dije-. Bueno, para quien se va a quedar sin sesos, claro.
-¡Pero si eso lo hacen en todas las bibliotecas! En mayor o menor medida.
Oirle decir aquello me dejó atónito.
-¿Que lo hacen en todas las bibliotecas?
-Si, porque si solo prestaran los conocimientos, saldrían perdiendo, ¿no te parece?." (páxina 27)


"Aquella era la habitación donde había visto al anciano por primera vez. La habitación número 107, en el sótano de la biblioteca. El anciano se encontraba detrás del escritorio, con los ojos clavados en mí." (páxina 57)

"En la biblioteca, aún de mañana temprano, no se veía un alma. Cruzamos el vestíbulo, abrimos una ventana de la sala de lectura desde el interior y salimos casi rodando. Corrimos hacia el parque hasta perder el aliento y, una vez allí, nos arrojamos los dos sobre el cesped, boca arriba. Cerramos los ojos, jadeando. Permanecí bastante tiempo con los ojos cerrados."  (páxina 59)

"A partir de aquel día no volví a poner los pies en la biblioteca municipal. Tal vez hubiera debido dirigirme a un cargo importante de la biblioteca, contarle mis experiencias y avisarlo que, en sus profundidades, había una habitación parecida a una mazmorra. De lo contrario era posible que, algún día, otro niño corriera la misma suerte que yo. Pero solo con ver el edificio de la biblioteca bañado por el sol del crepúsculo, me quedaba paralizado." (páxina 61-63)

"El martes de la semana pasada, mi madre murió. Por la mañana, a ccausa de una enfermedad de origen desconocido, en silencio, como si se extinguiera. Hubo un modesto funeral y, después, yo me quedé completamente solo. No estaba mi madre. No estaba el estornino. No estaba el hombre-oveja. No estaba la muchacha. Ahora, en la oscuridad de las dos de la madrugada, en soledad, pienso en el sótano de aquella biblioteca. Al estar completamente solo, las tinieblas se hacen muy densas. Como en una noche de luna nueva." (páxina 63)



La biblioteca secreta de Haruki Murakami, con ilustracións de Kat Menschik, publicado por libros del Zorro Rojo no 2014. Aportado por Anxo.

1 comentario:

  1. Por si vos interesa a ilustradora, neste enlace hai un video sobre Kat Menschik
    http://www.dw.de/la-ilustradora-kat-menschik/av-16676281

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