"Delgado fue hasta su biblioteca, sacó una antigua edición de Eugenia Grandet y me la puso en las manos. Me pidió que la abriera y buscara, en cualquier página, calles verticales o diagonales, dibujadas por las separaciones entre palabras. En efecto, descubrí largas calles que se prolongaban de línea en línea, cruzaban los párrafos, en ocasiones se interrumpían y retomaban un trayecto diagonal, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, o en caída libre.
- Un escritor sin ritmo en el fraseo no puede lograr eso."
Carlos María Domínguez: La casa de papel (Mondadori, 2007). Pág. 72. Aportado por Carlos Lapeña
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