Entraron a un vestíbulo largo y espacioso al fondo del cual empezaba una escalera.
Eso de ahí es la biblioteca, dijo Walker. Luego bajaremos a tomar un cóctel.
Pearl miró al interior y vio una gran chimenea con una pesada repisa de roble, varias sillas de aspecto cómodo y unas alfombras rojas y rosadas. En una esquina había dos chicos jugando con un tablero. Pág. 56-57
Abajo en la biblioteca, Walker le preparó una copa en el mueble bar. A Pearl la hacía feliz la felicidad y audacia de los otros. Walker le tendió el vaso, e inmediatamente, ella dio un sorbo. Pág. 59
En esos momentos, Pearl hacia voto de beber más o menos. Se iba a su cuarto y se cepillaba los dientes. Se iba a la biblioteca a jugar al Cluedo con Trip y Peter. Pág. 164
Eres peor que los niños, suspiro Miriam. Mira cómo has puesto la cocina.
Pearl se fue a la biblioteca, donde estaba el mueble bar. La alfombra oriental que había delante del armarito de las bebidas estaba hecha jirones. Pág. 179
Salió de la biblioteca y empezó a subir cautelosamente las escaleras, con cuidado de no tropezar ni derramar el vaso. El la pared había un alfabeto hecho con ramitas contrahechas pegadas a una plancha de yeso. Pág. 180
Cruzó la cocina en dirección al llanto del bebé y encontró a Angie en la biblioteca, apretujada bajo los cojines del sofá. Angie lloraba como si algo la desgarrara por dentro. Pág. 262
El hijo cambiado/ Joy Williams. Ediciones Alpha Decay, S. A. 2017. Aportado por Lola/Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario