domingo, 30 de septiembre de 2018

Fractura

Inspeccionando su biblioteca, Watanabe comprueba que se han deslizado unos pocos ejemplares de los anaqueles superiores. ¿Existirá algún patrón en esos movimientos literarios? ¿Conformarán una especie de antología sísmica? ¿Habrá autores más propensos a descolocarse? Se detiene a cotejar si esos libros se corresponden en alguna medida con sus preferencias. El resultado le sorprende.
Pág. 25

En sus gustos literarios, que también han ido desplazándose, se considera un lector caprichoso. Rara vez procede, como algunos amigos suyos, de forma exhaustiva. Igual que en su vida, prefiere los saltos. Sus sucesivas bibliotecas se han ramificado en una diáspora sin fin. Pág. 263

No tenía mucho tiempo y pensé que por ahí con textos cortos se animaba. Al final conseguí que se entusiasmara con algunos de Silvina Ocampo y Hebe Uhart. Me dio orgullo, como si ellas y yo hubiéramos ganado algo. Cuando empezó a pispear en mi biblioteca,escondí por si acaso el libro de Lamborghini. Pág. 322

Eso sí, una vez que se publicaron libros sobre las bombas, parece que hubo un torrente. Una especie de catarsis a destiempo. La gente ya había empezado a olvidarse, y de golpe se le vino encima una biblioteca entera. Pág. 323

Cuando pienso en ellos, me dan ganas de llorar. La muerte a nuestra edad no asusta tanto. Lo que asusta es sufrir. Algunos han fallecido en oficinas. Gimnasios. Bibliotecas. Bueno, eso último no está tan mal. Pág. 380

Fractura. Andrés Neuman. 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U. Aportado por Lola

No hay comentarios:

Publicar un comentario