No sé si tú te acuerdas de aquel primer trabajo que tuviste, no exactamente, fue por la objeción de conciencia que te destinaron a una biblioteca, de una facultad -no importa de cuál-, en tu universidad, en tu último año de carrera. Dabas las revistas que te pedían y recibías las que te daban. Ibas contento a trabajar, había muchas chicas bonitas, de las que por supuesto te enamorabas con tan solo verlas. Pág. 188
40. Óscar M. Prieto. EOLAS ediciones, 2017. Aportado por Lola
No hay comentarios:
Publicar un comentario