No pocos escritores venden en vida su biblioteca tentados por el dinero o acuciados por la falta de dinero, [...] si el comprador es una institución solvente la biblioteca se salva, pero si no lo es la biblioteca queda arrinconada o sepultada en unos cajones [...] acaban fundiéndola y haciéndola desaparecer -recuérdese que una biblioteca es un conjunto de libros que dejan de funcionar si se separan- a cambio de esa venenosa impresión a la que llamamos dinero. A mí me duele leer en el periódico la frecuente noticia de que una biblioteca se desbarata o se pierde, [...] y la biblioteca de Graham Greene, la completa y amplia colección de sus libros propios y ajenos, ...
A bote pronto; Camilo José Cela. Editorial Seix Barral. 1994. páx 154. aportado por JMV
No hay comentarios:
Publicar un comentario