Se decide por una biblioteca del centro llena de estudiantes universitarios. Al lado de ellos, se nota claramente que es mucho más joven, pero las salas están tan abarrotadas que nadie se detiene a mirarlos más de dos segundos, tal es su insignificancia, su falta de importancia en ese mundo ajeno, de mayores. Podría citarse con el Viejo allí, en la biblioteca, pero entonces su invisibilidad correría peligro; juntos llamarían la atención irremediablemente: ella, una niña, y él, un viejo. Imaginarlo -no imaginar que se encuentran en la biblioteca, sino que llaman la atención y los demás especulan sobre su relación- le produce un raro placer [...] Así que lo que hace cuando llueve -o cuando el día amenaza lluvia- es pasar la mañana sola en la biblioteca y escribir [...] pxs 62, 63
Las copié de un libro, tartamudeó. Un libro que encontré en la biblioteca. La psicóloga la contempló con seriedad unos segundos, en silencio. px133
Cara de pan; Sara Mesa. Ed. Anagrama. 2018. Aportado por JMV
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