lunes, 29 de abril de 2019

La Maga y otros cuentos crueles

Y ahora el contrato que no llega, la sospecha de que tus publicaciones de los últimos años, tan pocas, tan mediocres, no son suficientes para prolongar tu contrato por seis semestres más, la carta de Antonio Zelli, negándote el permiso de consultar la biblioteca privada de su padre, poniendo fin a tus mejores esperanzas de investigadora, a tu sueño de compilar la edición crítica definitiva sobre la obra de Benedetto Zelli, el gran lírico apenas recordado por una selecta minoría erudita. Pág. 13-14

Luego alguna observación sin importancia: en las ruinas de la biblioteca había aún papel en buen estado, alguien había visto un gato por los alrededores de la plaza del ayuntamiento y alguien más había oídos maullidos, al fin y al cabo era noviembre, otro había descubierto huellas infantiles en el cauce del río, luego aún quedaban niños, ¿no era maravilloso? Pág. 192

De hecho, hemos perdido peso todos, pero seguimos fuertes y sanos. Figúrate que el otro día me hice todos los suelos de La Maga al estilo antiguo, de rodillas y con bayeta, y aún me sobró tiempo para empezar a quitar el polvo a los libros de la biblioteca. Pág. 254

Yo le habría dicho algo, pero bastantes líos tiene con Marion, que ha llegado a pegarle en un par de ocasiones, ella que siempre ha sido tan blandita. Claro que una vez la pilló rascando la madera de la mesa de la biblioteca con una navajita y otra vez estaba en el jardín arrancando bulbos de los que tanto nos había costado plantar. Pág. 254

La Maga y otros cuentos crueles. Elia Barceló. Cazador de Ratas Editorial. Tercera edición: enero 2018. Aportado por Lola

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