jueves, 18 de julio de 2019

Muerte en Madrid

-Lo siento, Luisa. Me entretuve en la biblioteca.     
pax 95

Parecía una biblioteca normal y corriente. Una vieja biblioteca donde habían amontonado todo de cualquier manera cuando se decidió que España guardaría silencio sobre los años de la dictadura a cambio de la democracia. [...] Y, a juzgar por el resto de ocupantes de la biblioteca, que se afanaban en la media luz, eso ere precisamente lo que era, pensaba Galíndez.  
páx 219-220

[...] Mierda. ¿Y si estaba buscando justo ese fichero? Quizá fuera un bibliotecario de alto rango, o un administrador que se disponía a anunciarle que el fichero no estaba disponible por algún motivo. Menuda suerte. Eso me enseñará a no burlarme de Benítez. [...]  
pax 223

[...] Y entonces se le ocurrió: ¿y si había cogido el fichero de Guzmán? ¿Y si la policía lo perseguía precisamente por eso? O quizá sólo era uno de esos chalados que llevan años robando en las bibliotecas, llenando sus mugrientas casas de libros y carpetas robados.
pax 224

La bolsa pesaba bastante, y ni siquiera sabía si quería copias de todo. En la biblioteca de la universidad lo habría copiado todo por si acaso. ¿Cuánto tardarían en este lugar por hacer eso?

Pero no soy una criminal. Solo será una vez, y me ahorraría mucho tiempo. Cielo santo, pero si en la vida he devuelto un libro tarde a la biblioteca. Devolvería el fichero en un par de días, y nadie se enteraría de nada.
pax 225

-Es por el modo en que se encorvaba. Debía estar herido, y trató de escapar por la salida trasera de la biblioteca. [...]
pax 330

Todos los hombres tenían menos de veinticinco años, y todos eran solteros. Dos de ellos no tenían empleos conocidos. Uno trabajaba en una biblioteca.
pax 419

Muerte en Madrid; Mark Oldfield. Ed. La Factoría de Ideas. 2014. Aportado por JMV

No hay comentarios:

Publicar un comentario