Durante los primeros meses de mi estancia en Londres estudiando arqueología fui bastante a menudo a la biblioteca.. Era un edificio gris de los años cincuenta con rincones sombríos, estanterías de madera que llegaban hasta el techo y gruesos volúmenes polvorientos que solo se consultaban una vez cada cien años.
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Entonces, una vez perdida la esperanza de que me ocurriese algo emocionante en la biblioteca, empecé a ir simplemente a hacer la siesta y descansar un poco. [...] Cuando al cabo de unos meses (después de ver un apuñalamiento en la puerta de casa) me trasladé a una residencia que estaba justo delante de la facultad, no volví a pisar la biblioteca.
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[...] sé que mi biblioteca no es la biblioteca de una mujer adulta y responsable, ni tampoco la de una escritora, ni siquiera la de una burguesa, dudo mucho que alguien, al verla, se enamorase de mí.
MILENA BUSQUETS; Ensayo general. Ed. Anagrama, 2024.
Aportado por JMV
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