“… porque era muy competente en balística, y además tenía a su disposición toda la biblioteca de su padre el General, con tratados de arte militar y tablas de tiro y atlas.” p.20
“Para guardar sus libros, Cosimo construyó en varias ocasiones una especie de bibliotecas colgantes, defendidas lo mejor posible de la lluvia y de los roedores, pero las cambiaba continuamente de sitio, según los estudios y los gustos del momento, porque consideraba los libros un poco como los pájaros y no quería verlos quietos o enjaulados, decía que se entristecían.” p. 120
El barón rampante. Italo Calvino. Ed. Siruela, biblioteca Calvino. (22ª ed. 2014).
Aportado por Transi Villar.
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