"Don Jaume era una lumbrera, me dice mi madre.
Se pasaba horas encerrado en su biblioteca, y para Montse, que nunca había visto a nadie a su alrededor que se entregase a la lectura por mero placer, aquella ocupación lo aureolaba con un prestigio que la dejaba de piedra."
LYDIE SALVAYRE, No llorar. Anagrama, Barcelona, p.152. Aportado por U-topía
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