miércoles, 13 de diciembre de 2017

Newton y el falsificador

Todo parece un disparate, el fruto de un delirio febril. Ésta vino a ser la conclusión que sacaron los síndicos de la biblioteca de la Universidad de Cambrige que en 1888 rechazaron la donación por parte del conde de Portsmouth de todo un tesoro de escritos alquímicos de Newton, aduciendo su “escasísimo interés”.                            Páx. 125

Es de suponer que su equipaje -que incluía los centenares de volúmenes de su biblioteca- partió rumbo a la capital antes que él, en uno de los carros de carga que bajaban regularmente por la carretera de Londres.      Páx 162

Newton y el falsificador; Thomas Levenson. Alba Editorial, 2011.

Aportado por JMV

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