En compañía de Anne-Marie podía olvidarse de los pesares de la casa Palombini; frente a los florentinos podía presentarse como un erudito profesional, elbibliotecario y archivista de una familia noble.
De modo que escogió con cuidado a sus amigos florentinos. El más importante de ellos era el Custodio de los Autógrafos de la Biblioteca Nacional, un sabio de cabellos blancos parecido a Toscanini.
- [...] ¿Por qué no se entrega todo a la Biblioteca Nacional? Sería un gesto principesco, y al mismo tiempo aliviaría a la familia de una pesada carga financiera y de una gran responsabilidad cultural.
Mather se entretuvo una hora en el archivo, y observó lo que se había hecho con respecto a la inspección que realizaría el directorio de la BibliotecaNacional. [...] Sabía muy bien, aunque no había mencionado el hecho a Palombini, que la Biblioteca, escasa de personal y de espacio para almacenamiento, bien podía asustarse ante la engorrosa masa de documentos que aún había que examinar.
Examinó los volúmenes de su propia biblioteca y encontró un Passavant y un Carli.
-Pero tenemos nuestro orgullo. -De pronto, Luigi recobró la elocuencia-. Cuando los caballeros de la Biblioteca vengan, no podemos meterlos en un chiquero.
La transferencia del archivo a la Biblioteca Nacional lo enzarzó en interminables discusiones con el director y exasperantes llamadas telefónicas a Palombini. La Biblioteca tenía poco espacio de almacenamiento y escasas instalaciones para la conservación.
- [...] Siguiendo mi consejo, donó el archivo a la Biblioteca Nacional de Florencia y me pidió que permaneciese un tiempo para completar las negociaciones de la transferencia.
-En efecto. Pero al reflexionar comprendí que ya no tenían interés en el archivo; lo habían donado a la Biblioteca.
-Tengo acceso privilegiado tanto a la familia como a la Biblioteca. [...]
-Envió cables a Palombini y a la Biblioteca de Florencia. Dijo que usted había solicitado empleo en Belvedere, y que los había mencionado como referencias.
A fin de prepararse para la velada, Mather se pasó un día entero en la Biblioteca Municipal, leyendo las noticias periodísticas del asesinato de Madeleine Bayard.
... [...] Otra posibilidad sugerida en una carta de un bibliotecario de Florencia a Mather consiste en que las obras hayan sido entregadas como rescate o pago por protección a un oficial de la SS.
Guido Valente, Custodio de los Autógrafos de la Biblioteca Nacional, estaba de buen humor. [...] El propio Valente también iría, aunque no al mismo tiempo, de acuerdo con los términos de las becas de intercambio ofrecidas por la Asociación Norteamericana de Bibliotecas. [...] para estudiar los métodos de las bibliotecas norteamericanas sus técnicas más modernas de almacenamiento e identificación, [...]
- [...] Realicé un gesto que agradó al Gobierno italiano: la donacióndel archivo Palombini a la Biblioteca Nacional de Florencia. [...]
-Me duché, preparé el desayuno, y fui a la biblioteca municipal para buscar una referencia.
-[...] Asimismo, llame a la Biblioteca Nacional de Florencia, y vea si pueden indicarle donde puede encontrar a Guido Valente en Washington. [...]
Punto cuatro: [...] Usted estaba perfectamente dispuesto a entregar la totalidad del archivo a la Biblioteca Nacional, y este envoltorio habría ido con el resto.
Jugada maestra; Morris West. Plaza & Janes, 1988. Pxs. 14, 15, 19, 25, 26, 27, 33, 57, 58, 62, 94, 124, 159, 226, 280, 294, 310, 320. Aportado por JMV
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