miércoles, 22 de abril de 2020

La trilogía de Nueva York

Quinn pasó la mañana siguiente en la biblioteca de Columbia con el libro de Stillman. Llegó temprano, fue el primero en entrar cuando las puertas se abrieron, y el silencio de los vestíbulos de mármol le reconfortó, como si le hubieran permitido entrar en una cripta de olvido. Pax 60

Abrió el cuaderno rojo y lo colocó sobre su regazo. Justo cuando estaba a punto de escribir en él, sin embargo, decidió que ya había tenido suficiente. Cerró el cuaderno rojo, se levantó del sillón y devolvió el libro de Stillman en el mostrador de la entrada. Encendió un cigarrillo al pie de la escalera, abandonó la biblioteca y se perdió en ta tarde de mayo. Pax. 70

Pasaron dos o tres días sin ningún progreso y al final me inventé una historia tonta sobre la necesidad de consultar unos documentos en la biblioteca de Harvard. Pax. 366

La trilogía de Nueva York; Paul Auster, editado por Seix Barral no 2012. Aportado por Anxo

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