martes, 11 de agosto de 2020

El motel del voyeur

Para preservar su intimidad, tendría que fotocopiar él solo sus centenares de páginas fuera del motel, quizá en la biblioteca pública; y puesto que tal vez se encontrara con limitaciones de tiempo  e intimidad allí donde fuera, prefería hacerlo en pequeñas tandas, cada una de ellas de no más de quince o veinte páginas. Pag. 31

Gerard era por naturaleza un "solitario", tal como reconocía en sus escritos. Cuando no estaba ocupado con sus tareas en la granja, espiando a su tía, coleccionando cromos o yendo a caballo a la escuela cada mañana, a menudo "levantaba la mirada al cielo e sabía que allí había algo que me esperaba". A veces llevaba una novela juvenil sobre el Salvaje Oeste, o las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain, que sacaba de la biblioteca del pueble. Su madre lo había animado a hacerse socio de la biblioteca, y mientras estaba sentado a una de las mesas, alzaba la mirada hacia las estanterías y veía centenares de libros con los lomos de vivos colores.    pag. 103

Mientras pasaba por el centro comercial de Aurora y el multicine 16 Cinema, donde había tenido lugar el tiroteo, y que la policía aún estaba investigando, me fijé en los ramos de flores y los ositos de peluche que la gente había colocado en el suelo en recuerdo de las víctimas. Se trata de una nueva zona de la ciudad: se ven escaparates relucientes y bonitos edificios; es donde están los juzgados del condado, la comisaría, la biblioteca. ¿Por qué ocurrió aquí la matanza?.  pag. 192 y 193

Gay Talese. El motel del voyeur. Alfaguara. 1ª ed. 1ª reimp. 2017. Aportado por Lola

No hay comentarios:

Publicar un comentario