Gerard era por naturaleza un "solitario", tal como reconocía en sus escritos. Cuando no estaba ocupado con sus tareas en la granja, espiando a su tía, coleccionando cromos o yendo a caballo a la escuela cada mañana, a menudo "levantaba la mirada al cielo e sabía que allí había algo que me esperaba". A veces llevaba una novela juvenil sobre el Salvaje Oeste, o las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain, que sacaba de la biblioteca del pueble. Su madre lo había animado a hacerse socio de la biblioteca, y mientras estaba sentado a una de las mesas, alzaba la mirada hacia las estanterías y veía centenares de libros con los lomos de vivos colores. pag. 103
Mientras pasaba por el centro comercial de Aurora y el multicine 16 Cinema, donde había tenido lugar el tiroteo, y que la policía aún estaba investigando, me fijé en los ramos de flores y los ositos de peluche que la gente había colocado en el suelo en recuerdo de las víctimas. Se trata de una nueva zona de la ciudad: se ven escaparates relucientes y bonitos edificios; es donde están los juzgados del condado, la comisaría, la biblioteca. ¿Por qué ocurrió aquí la matanza?. pag. 192 y 193
Gay Talese. El motel del voyeur. Alfaguara. 1ª ed. 1ª reimp. 2017. Aportado por Lola
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