jueves, 26 de agosto de 2021

Las Doncellas

Mariana tenía dieciocho años cuando se trasladó a Inglaterra, un país que había idealizado desde su infancia. Algo quizá inevitable, a causa de todo lo relacionado con él que su británica madre había dejado en aquella casa de Atenas: librerías y estantes repartidos por todas las habitaciones, una pequeña biblioteca abarrotada de libros en ingles -novelas, obras de teatro, poesía-. transportados hasta allí de manera misteriosa antes de que Mariana naciera. Pax. 39

En el colegio, donde le había costado encajar, deambulaba por los pasillos durante los descansos , solitaria e inquieta como un fantasma, y se veía atraída hacia la biblioteca, donde se sentía a gusto, donde hallaba refugio. Y el mismo patrón volvió a repetirse como alumna del Saint Christopher´s College: Mariana pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca, donde trabó amistar con algunos estudiantes, pocos, tan tímidos y volcados en los libros como ella. Pax. 40

Tras abandonar el despacho del decano, Zoe y Mariana atravesaron la columna que recorría el otro extremos del patio, una serie de doce columnas que sostenían la biblioteca de arriba. Eran muy antiguas, estaban descoloridas y tenían unas grietas que las recorrían como si fueran venas. Pax. 69

Mariana sonrió. Casi todos los académicos tenían una enciclopedia por cerebro; Clarissa, una biblioteca entera. La profesora cerró los ojos y procedió a recitarla de memoria.

-¡Oh, vida, tan fútil y al fin duelo!/ ¡Oh, tu voz, consuelo y elación!/ ¿Habrá respuesta o reparación?/ Tras el velo, tras el velo... Pax. 87


Michaelides, A.(2021). Las Doncellas. Madrid: Alfaguara.

Aportado por Lola


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