Excitado por la curiosidad, tomé una banqueta cercana usada para descansar las piernas y me encaramé sobre ella, pero una pata traicionera decidió cojear cuando yo más engaviado sobre los tomos me encontraba. Pasó lo que tenía que pasar: perdí el equilibrio, viniéndome al suelo de costillas con toda la biblioteca encima.
Jairo Junciel; El guardés del tabaco. Almuzara. 2017
III Premio de novela Albert Jovell.
Aportado por JMV
No hay comentarios:
Publicar un comentario