Una bandada de mujeres muertas

 

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[...] pero el que vencía por puntos era Trípode, que a las citas clandestinas de los 007 se traía libros robados a la biblioteca hereje de su padre, las obras prohibidas del marqués de Sade y los libertinos de Europa, mamotretos peso pesado rebosados de palabras en francés, artillería de guerra sicológica.

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Estoy convencido de que, más de una vez, fantaseamos con cópulas salvajes sugeridas por una arenga trotskista o algún fragmento farragoso de El Capital en versión original, pero es que todos los extranjeros nos sonaban a libertinos franceses en la biblioteca obscena de Trípode.

CARLOS MARTÍNEZ MONTESINOS; Una bandada de mujeres muertas. Ediciones Lengua de Trapo. 2000

XI Premio de Narrativa Torrente Ballester

Aportado por JMV