jueves, 11 de enero de 2018

Por último, el corazón

-No puedo esperar- le contestó Max, y era verdad, no podía esperar, y como él no podía esperar, Charmaine tampoco. Era como la contraportada de la novela más morbosa de la limitada biblioteca de Positrón. Arrasada. Embriagada de deseo. Como un ciclón. Gemidos desesperados. Todo eso. Charmaine nunca había experimentado esa fuerza, esa energía que llevaba dentro. Había pensado que sólo era algo que aparecía en los libros o en la televisión, o algo que le ocurría a otra gente. Pág. 81

Por último, el corazón, Margaret Atwood. Ediciones Salamandra, 2016. aportado por Lola.

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