domingo, 28 de octubre de 2018

El Faquir

Nos reunimos en el salón. Era una confortable pieza, con las paredes y el techo de madera, una buena biblioteca, cómodos sillones de piel, lamparillas para la lectura...
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Estábamos los dos solos, casi frente a frente, en el silencioso salón. Mi mirada recorrió la biblioteca.
-Está a su disposición -dijo el coronel, dándose cuenta de ello-. Hay obras en varios idiomas. -Me miró escrutador, pero irradiando hospitalidad-. Algunas de ellas -añadió- son muy antiguas e interesantes. Mi abuelo comenzó a crear esta biblioteca. Páx. 49

-Si no anduviese en busca de respuestas -me aventuré a decir-, no habría leído todos los libros de la biblioteca. Ambos la buscamos. Hay diferencias entre los dos, por supuesto; usted es instintiva, yo, estúpidamente racional. Usted vive la existencia con intensidad, yo no logro vivir más allá de mis ideas. Páx. 61 e 62

Cuando me hube aseado, me dirigí a la biblioteca y empecé a consultar libros. Había distintas versiones de los Vedas y los Upanishads. En cuanto se percató de mi presencia, una de las criadas me sirvió una taza de té. Cogí un libro de poemas de Kabir y comencé a leerlos a media voz. Desde mi juventud, Kabir me había tocado el corazón con sus poemas místicos, anhelantes de amor divino. Páx. 67

-Cuando los ingleses abandonaron la India -me informó-, muchos de ellos vendieron sus bibliotecas. Algunas eran extraordinarias. Y casi todas esas obras se encuentran aquí. Páx. 88

Después de la cena me reuní con el coronel en el salón biblioteca. El anciano tenía entre las manos e Rij Veda.
-Sin duda, sabe que, según dicen, este es el libro más antiguo del mundo. Páx. 92

Me incorporé y comncé a mirar los lomos de los libros encuadernados en piel de la biblioteca. "Lo único que admiro en un ser humano es su bondad", eran palabras de Suresh que a menudo acudían a mi recuerdo antes de conciliar el sueño. Páx. 309

Dos días después todavía me sentía como si me hubieran dado una paliza. Había pasado muchas horas en la biblioteca, postrado en uno de los sillones, releyendo los Upanishads y estudiando una versión muy antigua del Siva-Samhita, una obra sobre métodos de control psicosomático y reintegración de ls energías. Páx. 331

-Pero también he tenido ocasión de escarbar entre los manuscritos de magníficas bibliotecas, de hablar con personas de gran altura metafísica y de encontrar hombres sabios. ¿Y tú?. Páx 399

Dedicaba la jornada a pasear por los alrededores, meditar y leer, ya que el ex maharajá disponía de una fabulosa biblioteca. Por las noches me sentaba junto a un estanque de nenúfares y me dejaba acariciar or la tibia brisa de las noches del desierto. páx. 539

El Faquir de Ramiro Calle, editado por Martinez Roca no 2016. Aportado por Anxo

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