martes, 4 de febrero de 2020

No hay paz para los viejos

Si además a modo de presentación recitara en modo declamatorio:
"Soy el sabio en el sillón sombrío. Las ramas y la lluvia golpean la ventana de mi biblioteca.
Soy el viandante del camino real, el rumor de las esclusas cubre mis pasos.
Podría ser el niño abandonado en la escollera, el pequeño criado siguiendo la avenida.
Pero los senderos son ásperos y el aire está inmóvil.
Avanzando, sólo puedo llegar al fin del mundo. " Pág. 46

No hay paz para los viejos. Jon Iribar Arrien. 2014 Cultiva Libros. Aportado por Lola

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