[...]y yo tenía que coger mi máquina de escribir y salir corriendo en busca de un taxi que me llevara a su casa de la Avenida de América o a cualquiera de los lugares peregrinos en los que se reunía con sus clientes, y que lo mismo podían ser un restaurante chino de Embajadores que la biblioteca abrumadora y sombría de un anciano espectral recluido en un piso inmenso de la calle Serrano.
páx 60
El dueño del secreto; Antonio Muñoz Molina. Seix Barral 2007. Aportado por JMV

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