Abrimos las cortinas de la habitación al llegar y vimos de golpe el río y los muelles. En la tercera planta había una biblioteca forrada de maderas oscuras, sillones de cuero viejo, una chimenea, un catalejo de cobre dorado, un gran ventanal, una terraza frente al río. Pág. 13
La biblioteca es otro almacén de víveres para la espera del fin del mundo, para la larga reclusión que ha de llegar más pronto o más tarde. En la otra casa la biblioteca estaba en el vestíbulo. Pág. 55
En caso de necesidad o de catástrofe podría pasar el resto de mi vida sin visitar una librería. Es una biblioteca como para un viaje al espacio exterior, como para una reclusión indefinida. Pág. 56
Me gusta la constancia física de la lectura. En un anaquel separado voy poniendo los libros ya leídos. Al verlos juntos perduran más en la memoria. Pág. 58
Me gusta pasear la mirada por los lomos de los libros de la biblioteca. Es una manera de recapitular todo lo que hay en ellos, todo lo que ya he leído y lo que me falta por leer y lo que leeré de nuevo según me vaya apeteciendo, en esta isla confortable a la que nos hemos retirado. En "La isla misteriosa", los náufragos que llevan ya varios años en ella descubren una mañana en la playa un cofre arrastrado por la marea en el que encuentran una biblioteca sucinta de obras maestras. Pág. 97
La biblioteca se hace igual con lo que se elige como con lo que queda descartado. Pág. 98
Voy corriendo por la orilla del río al fresco de la mañana de verano y ya imagino con impaciencia cómo será la luz invernal, la de los días transparentes, la bruma gris de llovizna que veíamos desde la ventana del hotel en nuestro primer viaje a Lisboa, o cuando subíamos a la biblioteca y estaba el fuego encendido, y mirábamos hacia los muelles por el catalejo. Pág. 107
Cuando sus compañeros lo dejaron solo en la cabaña, el almirante Byrd revisó todo su equipo y se dio cuenta de que después de tantos preparativos había olvidado dos cosas esenciales: un libro de cocina, un despertador. Había llevado consigo una pequeña biblioteca, un gramófono, discos.
Pág. 166
No es un pensamiento mío. Lo dice un libro de memorias que he encontrado en la biblioteca, y que no recordaba haber comprado. Pág. 198
Soy un aspirante a Montaigne y a Robinson Crusoe y al capitán Nemo, equipado en mi retiro con una biblioteca excelente, una conexión wifi, un portátil y una Smart TV. Pág. 286
Ha estado lloviendo toda la noche. Ahora la lluvia continúa en silencio. He abierto los postigos de todas las ventanas para que las habitaciones se iluminen. Solo el pasillo de la biblioteca permanece en penumbra. Pág. 296
Tus pasos en la escalera. Antonio Muñoz Molina. Editorial Planeta, S. A., 2019.
Aportado por Lola
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