jueves, 5 de noviembre de 2020

El clamor de los bosques

A principios del otoño del último curso de instituto, Adam está en la biblioteca pública realizando un trabajo de psicología para su compañero de clase que comprende a la bestia bípeda menos todavía que él. "Cita al menos dos libros." Pues vale. Se levanta de la mesa de estudio y se dirige hacia las estantería. Las horas de trabajo le dejan bizco. Bajo la luz tenue de la biblioteca, los libros pareces casas solariegas para muñequitas de trapo. Pax. 78

La respuesta es tan obvia que Adam ni siquiera tiene que buscarla. Esta vez si ha acertado, junto con las tres cuartas partes de lños adultos medios. A continuación lee el colofón. Ambos problemas son el mismo. Se echa a reír en voz alta, lo cual atrae las miradas del público canoso y nocturno de la biblioteca. La gente  es idiota. Los de su especie tienen un enorme cartel de "Fuera de servicio" colgado de su órgano más preciado. Pax. 80

Y el mundo sigue igual. Dorothy se muda con él. Insiste en llevar las cuentas rajatabla, en dividir todos los gastos comunes por la mitad. Pero hay algo en el fondo de su mente que piensa, mientras vaga por La maravillosa biblioteca, por el salón y por el invernaderiro.de Ray: "Cuando suceda, cuando llegue la hora de reproducirse, cuando me entren las ganas ardiente de criar, ¡todo esto será de mis niños!. Pax. 92

Cada kilómetro enbauca a su corazón, tal y como han planeado. Parece todo tan real, tan virgen, tan puro. Siente que está en la montaña de los cedros de aquel Gilgamesh que encontró en la biblioteca del rancho y que leyó a los caballos el año pasado. El bosque del primer día de la creación. Pax. 112

Una tarde de primavera, acaba en la biblioteca principal de Stanford leyendo con atención las portadas de revistas de ciencia ficción pertenecientes a la edad dorada y hojeando las páginas de Dr. Seuss. Las imágenes se parecen a la loca vegetación de aquellos cómic sobre Visnú y Krishna que leía de pequeño. Pax. 137

No permite que su madre tire nada. Guarda el bastón de caminar y el sombrero de fieltro de su padre en una especie de altar. Preserva su preciada biblioteca: Aldo Leopold, John Muir, libros de texto sobre botánica y los folletos de extensión agraria que él ayudó a redacta. Pax. 149

Estudia por las noches en su cubículo hasta que la biblioteca cierra. Luego, lee por placer hasta que se queda dormida. Prueba con los libros que leen sus amigas,: Siddharta, El almuerzo desnudo, En el camino. Pax. 151

Quieren que se levante y abandone el auditorio. Hará lo que le pidan. Por los escalones de piedra, con el abrigo puesto, cruza el patio principal. Sin pensar rodea los edificios de aulas, la biblioteca y los dormitorios de los estudiantes nuevos atraída por las presencias. Pax. 198

Se marcha del área de servicio, llena de amor por la humanidad extraviada. En la interestatal, el sol se eleva de nuevo en el espejo retrovisor. Las colinas drumlin ondea. La carretera abre una zanja doble en el blanco invernal  has el horizonte. Hay pocos atractivos pero se deleita con ellos. La biblioteca y el museo de Herbert Hoover. Pax. 212

Hace cuatro horas que terminó el desayuno continental, así que el recepcionista le vende una naranja, una chocolatina y un café, tres preciados tesoros arbóreos que le permiten llegar a la biblioteca pública. Allí encuentra a un bibliotecario dispuesto a ayudarle en la investigación. El hombre saca de las estanterías varios volúmenes sobre leyes y códigos, y entre ambos los consultan. La respuesta no es buena. Cosa Dos, el muy hijo de puta, tenía razón. Plantar árboles solo ha servido para dar luz verde a una tala aún más colosal. Pax. 231

No se marche ade Portland enseguida. Antes va a la biblioteca pública para documentarse acerca de la guerrilla forestal. Su viejo amigo bibliotecario sigue siendo de gran ayuda y parece tenerle cierto afecto a Douggie, a pesar del aroma que desprende. O quizá a causa de él. Hay personas que disfrutan con el abono. Pax. 252

La transformación de su casa en biblioteca es demasiado lenta para que se percaten de ella. Dorothy coloca los libros que ya no caben encima de las filas y existentes. Eso estropea las cubiertas y pone furioso a Ray. Durante una temporada, solucionan el problema con más muebles. Pax. 257

En la biblioteca de la hamaca, Olivia encuentra un libro: El bosque secreto. La cubierta muestra un tejo prehistórico por encima y por debajo de la tierra. La contracubierta anuncia: "El bestseller sorpresa del año. Traducido a veintitrés idiomas". Pax. 327

Se pasan las horas interminables leyendo en los sacos de dormir. Leen todos los libros que los ocupantes anteriores dejaron en la biblioteca de la hamaca. Leen a Shakespeare, con el grueso volumen abierto sobre la tripa de ambos. Cada tarde se sumergen en una obra distinta cuyos papeles se reparten. Pax. 357

-Entre un tercio y la mitad de las especies existentes podrían extinguirse antes de que yo me vaya.

Estas palabras desconciertan a Dennis. ¿Se va a algún sitio?

-Hay decenas de miles de árboles de los que no sabemos nada. Especies que apenas hemos clasificado. Como si se incendiara la biblioteca, el museo de arte, la farmacia y el archivo, todo de golpe.

-Quieres construir un arca. Pax. 372


La cámara es una mezcla entre capilla y biblioteca de alta tecnología. Hay miles de botes etiquetados con la fecha, la especie y la localización, dentro de los cajones clasificatorios herméticos de vidrio y acero pulido, como las cajas de seguridad de un banco, a treinta grados bajo cero. Pax. 472


Se abre paso entre la gente que pulula junto a la Biblioteca del Pueblo. No puede evitar echarles un vistazo a las estanterías y los expositores. Está Obediencia a la autoridad, de Milgram, con un millón de minúsculas notas al margen. Hay una colección de Tagore. Muchísimos ejemplares de Thoureau y todavía más de You vs. Wall Street. Lpbre circulación, según el sistema del honor. "Se nota la democracia", piensa él. Pax. 518


Pero en su creciente biblioteca sobre árboles no hay ninguna criatura semejante. Dejan el misterio en suspenso y continúan con la lectura.

Dorothy encuentra el libro en la biblioteca pública: El bosque secreto. Se lo lleva a casa para leerlo en voz alta. No ha pasado del primer párrafo cuando debe detenerse. Pax. 536


Se ha pasado días en la biblioteca pública y en el ayuntamiento aprendiendo a leer ordenanzas, códigos municipales y precedentes jurídicos. Le ha llevado algunas fotocopias a su marido para que él le explique, con sílabas trabadas, su significado. Pax566

 


Powers, R. (2019). El clamor de los bosques. Madrid: Alianza de novelas.

Aportado por Anxo

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