Ceton me dio libre acceso a su pequeña biblioteca de viaje, y yo elegí para matar el tiempo la traducción de Antonine Galland de Las mil y una noches y una novela en francés cuyo curioso título yo mismo me atreví a traducir como Los infortunios de la virtud, aunque es probable que mis insuficientes conocimientos de dicha lengua me traicionaran y que la voluntad del autor fuera muy distinta. Pax. 115
Tras muchas y tediosas millas por mar y otras tantas leguas en carruaje, divisé por fin el hogar de mi infancia. Por primera vez en muchas generaciones, nuestra hacienda había quedado sin administrador. Nunca antes me había encontrado solo en la biblioteca de mi padre, entre los papeles que él había desatendido y que, después de su muerte, nadie había puesto en orden. Pax. 117
Cuando finalmente llegó, fue todo un acontecimiento: la gente se agolpó en la biblioteca para verlo. Eran como dos gotas de agua, así que era imposible que pasara desapercibido. Cogió un libro de la estantería y se enfrascó en la lectura pasando las páginas a tal velocidad que muchos se maravillaron, aunque otros pensaron que estaba fingiendo. Pax. 161 e 162
Natt Och Dag, N.(2021). 1794. Barcelona: Salamandra.
Aportado por Lola
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