Louis lo sacaba sistemáticamente, y Bufo iba a refugiarse en una caverna de la biblioteca, detrás de los lomos infranqueables del Gran Larousse du XIX siécle. Pax. 208 e 209
Sólo entonces se permitió moverse, y encendió sin ruido las demás lámparas de la estancia. Luego, de pie, se apoyó en la biblioteca con su botella bien sujeta en la mano izquierda y buscó. Ya había visto ese rostro, estaba concencido, y, sin embargo, esa mujer era una desconocida. Pax. 211
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